ATLANTICO SUR 1953

Iniciado por GAE_Castor, 03 de Junio de 2011, 08:49:31 AM

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GAE_Popeye

Londres, 24 de junio de 1953, 17.00hs GMT

  Sin que él lo supiera, en ese preciso instante el GAE regresaba a sus bases, luego de varias salidas de combate exitosas contra el bloqueo naval soviético de las Malvinas.

  Era un papel plegado. Lo fue abriendo, al compás de las campanadas del Big Ben, que anunciaban las 5 de la tarde; reveló ser una carta náutica de Tierra del Fuego y Península Antártica? de la Royal Navy. "Tienen acceso a todo...".

  Advirtió un par de líneas rojas paralelas, trazadas desde el estrecho que separaba a las Islas Picton y Lennox, de la Isla Navarino y que llegaban hasta la Península Antártica. De acuerdo a la escala, el espacio entre ellas era de 10 km. No más. ?¿Qué es esto??

  Luego advirtió la situación actual en Orcadas, y un círculo en torno a las Malvinas, coincidente con la zona de exclusión británica.

  En ese momento llamaron a la puerta y lo que la curiosidad ayudó a desplegar casi sin prestar atención, se volvió sumamente difícil de volver a doblar rápidamente. La guardó en su portafolios.

-Hi, honey ?saludó ella y lo besó..

-Hola bonita, te ves cansada, has tardado en llegar ?respondió y le quitó el abrigo acariciando sus hombros por la espalda, mientras le besaba el cuello-.

-Ha sido un día difícil. Tus compañeros hicieron varias salidas de combate y están confirmando que al menos hay un submarino hundido y otros 2 blancos más.

-Excelente ¿regresaron todos?

-Intentan confirmar si uno de nuestros hidroaviones fue abatido. El puente aéreo ha comenzado bien.

-Son buenos pilotos.

-Son abnegados? Aunque se esperaba más presencia naval soviética; se están preguntando en dónde están todos esos barcos de superficie, porque, en la zona de exclusión no están, en las Orcadas tampoco?




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#16
Westminster Bridge, Londres, 25 de Junio de 1953, 18.00hs GMT




  Detuvo sus pasos cuando lo reconoció y giró de cara al Parlamento, cruzando sus manos sobre la baranda del puente. Él se paró a su lado.

-Dobri Dien, tovarich!

-Buenos tardes.

-¿Fuma? -preguntó el ruso, mientras ahuecaba las manos en torno a un encendedor de plata-.

-No, gracias.

-Hace bien, marino, este pasto ruso ha quemado mis bronquios irremediablemente. Pero es imposible sobrevivir una guerra sin hacerse adicto. -Hizo una pausa y soltó una bocanada de humo, mirando al río-. ¿Le resulta estrecho el corredor aéreo que le ofrece la Marina Soviética?

-De modo que eso es ¿verdad?

-¡Claro! Estamos al tanto de sus osadas campañas antárticas. Sería un crimen malograr tamaño emprendimiento.

-Qué amabilidad? supongo que usted esperaría un gesto de hermandad del pueblo argentino, en retribución a su? corredor aéreo.

-Ohh, marino? no sería tan ingenuo en pretender tamaño desatino de sus burgueses gobernantes. Digamos? digamos que la URSS se conformaría con que ustedes no fuesen tan? ¿eficientes? ¿se dice así? A la hora de cumplir con sus compromisos militares?

-¿Y eso?

-Teniente, no le pediría que nos de la posición de un destructor, para hacerlos cómplices de la matanza de doscientos pobres marinos como usted, además?

-?Además usted ya sabe demasiado bien lo que necesita saber.

-Correcto. Yo le pediría que su gobierno no se esmerara tanto en reaprovisionar a sus socios, le pediría que haga la vista gorda si ve a algún speztnaz espiando en el Beagle? le pediría poco. Pero nunca le pediría, en cambio, que pusiera el pecho a las balas, como sí se lo piden sus? ?socios?.

-Soy un teniente de fragata, mi vida y mi carrera no valen nada. Se equivocó usted de interlocutor.

-No. No me subestime, lo respeto más de lo que usted cree.

-Digamos que yo pudiera acaso lograr transmitir a un interlocutor válido sus peticiones? ¿Podría ser más específico?

-No mucho más por el momento. Pero no sería conveniente que aviones argentinos fuesen vistos en Isla Laurie ni las Georgias del Sur en las próximas? horas, y sería deseable que sus pilotos de transporte experimenten un súbito temor a cruzar el mar hasta Stanley.

-Claro, y nuestra campaña antártica vale todo eso? supongo ¿verdad? Supongo que el orden de batalla de la Armada soviética y su estrategia global le permitirán permanecer en nuestro mar mucho tiempo ¿no? ?replicó Peralta, en tono irónico-.

-Digamos que su causa aparece justa a los ojos de cualquier ser racional, pero por mucha racionalidad que ostente Occidente, el pragmatismo inglés seguirá primando y quizás no sería desacertado contar con cierto poder de veto u omisión amiga que respalde sus pretensiones soberanas sobre las Malvinas en los foros internacionales o? en los hechos ?y rió-.

-No puedo prometer nada? ni mucho menos saber cuándo tendré una respuesta.

-La tendrá ?replicó el soviético, con gesto sombrío-. ¿Cómo le sienta el frío austral a Caroline? Es una buena chica. ¿Sabe? Debería alejarla de todo esto?


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#17
Campamento militar en Port Stanley, Islas Malvinas, 27 de Junio, 1953, 20.00 hora local.


  Era un pintoresco espectáculo: un Panther con el numeral 13 ocupaba el centro del refugio excavado en la tierra y un par de metros adelante, medio centenar de hombres, con overoles de vuelo de distintos colores, sentados en cajones de munición, en torno a una fogata, cartas y botellas.

-¿Cómo es? ?preguntó un teniente de la RN a Pepper- Re? retrrrr? -y soltó un hipo-.
Risas

-¡Retruco! ?Contestó Pepper-. Más risas.

-Es más fácil que un argentino sepa cantar Tipperary antes de que un escocés aprenda a jugar ese juego ?bromeó un inglés, blandiendo su botella de Johnie Walker y todos rieron a su lado-

  En eso, Ceteu se puso de pie con su petaca en una mano y levantó el índice señalando al inglés y comenzó:

-?Uuuuup to mighty London
  Came an Irishman one day....?

  Popeye, entre Tehuelche y Baco, dejó su vaso de whisky y tambaleándose, también se paró:

-   ?As the streets are paved with gold
   Sure, everyone was gay,
   Singing songs of Piccadilly,
   Strand and Leicester Square?

  Baco sacudió la cabeza y se tapó la frente con una mano.

  Y uno a uno se fueron sumando todos, ingleses, escoceses, galeses y argentinos entremezclados. El GAE sobresalía por sus overoles naranjas

?It's a long way to Tipperary,
It's a long way to go.
It's a long way to Tipperary
To the sweetest girl I know!?

  A cien metros, en el interior del bunker de comando, convenientemente cubierto de tierra y turba, charlaban Balker, Charrua y su par del HMS Illustrious, con dos oficiales navales británicos más. A pesar del encierro y el viento malvinense, les llegaban las risotadas y cantos.

-Tal parece que se potencian mutuamente ?bromeó el capitán Jones, del Fleet Air Arm-.

-Lo bien que hacen, si les dejaran el problema a los marinos, seguro estaríamos bebiendo vodka con los rusos también y negociando la soberanía con Argentina ?rió el Jefe de la base aérea.

-Estoy de acuerdo sobre la estupidez de la guerra ?dijo Balker y luego volvió a inclinarse sobre la carta de navegación-. Déjelos que se diviertan?

-¿Qué lo preocupa, my friend ?inquirió Jones-. Su Grupo está experimentado en combate nocturno.

-Las pérdidas, capitán, las pérdidas de vidas? Conozco al detalle cada aspecto de la vida de mis muchachos, somos un grupo muy unido.

  En eso se oyó la estática proveniente de los aparatos de radio, unos metros más lejos, sobre los que reposaban los codos de un par de operadores de la RAF absortos de todo el ruido exterior.

  Todos se volvieron al escuchar por el altoparlante la comunicación:

-Adelante Bravo 5, repita, por favor ?transmitió el operador malvinense-.
Estática, ruidos metálicos, como chasquidos de fondo.

-Under FIRE! LCUs approaching our position. We are under attack! Ne-e-ed He-elp C... Can?t keep much more of this!

Chasquidos, gritos, órdenes, estática...

-Bravo 5, Bravo 5, adelante, confirme ataque en su posición?

Estática y silencio.

El operador se quitó los auriculares y se volvió hacia Jones.

-Señor, me pareció oír gritos en ruso.

-¿Está seguro?

-Casi?

  Todos se miraron en silencio. Ese había sido el reporte radial de las 20 desde el campamento Grytviken, Georgias del Sur.

  En esos instantes, un estruendo resonaba sobre sus cabezas y salieron a ver qué sucedía. El helado viento los castigó, mientras alzaban la vista al cielo y Jones señaló una forma de avión desde el 090º

-Pregunten al controlador, creo que son los Beaufighters que vienen de Ascensión.

  La chata nariz del primer avión del escuadrón quedó iluminada por una fogata y despejó las dudas. Su piloto saltó de él y se dirigió a los oficiales que esperaban agazapados al lado del bunker.

  A lo lejos, se oían más risas y ahora una canción marinera argentina cantada con ruidoso acento inglés.

-Esto se está poniendo difícil ?murmuró Charrua-. Ahora operar de noche.

-Sí? -asintió Balker-, no me gusta nada.

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http://www.youtube.com/watch?v=XVM-tFAdADg


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#18
Alturas en torno a Grytviken, Islas Georgias del Sur, 28 de Junio de 1953, 0530 hora local


  El primer grito encajó en el sueño. El estampido de la artillería naval no. El sargento Miller se arrastró desde el fondo de la cueva, tomó el casco y la Sten a la pasada y se arrojó al suelo, en la entrada. Lo que vio lo dejó atónito.

  A unos dos kilómetros mar adentro de la bahía, se alzaban columnas de munición trazante y de todo calibre. Los aviones a reacción de color gris blanco claramente se recortaban contra el cielo oscuro del amanecer.

  Un par giraron 180 grados y picaron; luego emprendían una carrera al ras del agua y en dos segundos soltaban sus bombas contra el portaaviones. Luego escaparon entre los navíos, esquivando sus estructuras, casi al límite de embestirlos.

  Se dio vuelta y miró hacia arriba. Humo negro y un jet cayendo en espiral, perseguido por un avión a pistón que le disparaba.

  En un par de minutos, todo había acabado.

  Les hizo señas a sus hombres, para que guardaran silencio y contuvieran los gritos de emoción, que el orgullo herido amenazaba con hacer salir de sus pechos helados.

  Eran los cinco sobrevivientes de un grupo de Royal Marines que se replegaron ante el asalto anfibio de la noche anterior y escalaron los montes, huyendo de la infantería soviética.

-Mallory, prueba el radio otra vez. Al diablo con la batería, esto tiene que saberse en Stanley ¡Tienen un jodido portaaviones! ¡Y le han dado!

-Sí señor. Mad dog uno a perrera, ¿me recibe?

  Silencio y estática.

-Estamos demasiado lejos y estas piedras? -dijo el cabo Mallory- ¡Demonios! Mire ese humo negro, le dieron al portaaviones ¿Identificó a esos aviones? Parecían Sea Hawk.

-Negativo cabo, no hay Sea Hawk en las Falklands. Deben ser esos Panther argentinos que aterrizaron hace unos días.

-Ahh, ¡que vá! Son unos locos, suicidas, pero merecen mi respeto. Deberíamos rastrillar la ladera Oeste en busca de pilotos eyectados, si los rojos los encuentran primero, los van a pasar por las bayonetas, como a los nuestros? ¿Qué dice sargento?

-Sí, en marcha.

-A la orden, sargento ?respondieron los cuatro al unísono-.

  Miller maldecía su suerte y a la vez se preguntaba si acaso no sería una cuestión de actitud: había sido evacuado exitosamente de la Isla Coronación por un Catalina argentino, zumbando las balas sobre su cabeza, y ahora lo habían despertado a los cañonazos en Georgias. Su suerte no se extendería por mucho más tiempo, ya que apenas les quedaba lo que traían en sus mochilas y los 15 grados bajo cero cortaban la carne.

  Se deslizaron cuesta abajo, entre las rocas, torciéndose los tobillos y golpeándose las piernas y a la media hora dieron con un paracaídas rasgado. Miller fue a tomarlo y divisó un chaleco con la leyenda ?GAE? en la espalda, cuando oyó el chasquido de una pistola amartillada, cerca, muy cerca.

-¡Eh! ¿Quién vive? ?preguntó-. ¡Argentino! No tengas miedo, somos los chicos buenos.

  Un brazo anaranjado y luego otro emergieron de entre las rocas, empuñando una Colt 45.

-Stay there! Who are you?

-Sargento Miller, del 45 de Comandos de los Royal Marines, baja el arma, hijo, guárdate las balas para los rojos, que vienen a por nuestro trasero.

-Teniente Chiappe, 2º de Caza y Ataque, Grupo Aeronaval Embarcado, Armada Argentina. ?y le estrechó la mano-. Creo que me rompí un tobillo, me duele mucho.

-Wright, revíselo ?hizo un ademán con el antebrazo izquierdo y el médico avanzó agazapado y la pasó el brazo bajo el hombro a Chape, para ayudarlo a caminar-.

-Let me see, sir.

                                                    * * *

  Dos horas más tarde, todos de regreso en la caverna, bebían té humeante y observaban la frenética actividad en la bahía. Un destructor haciendo las veces de remolcador arrastraba por la proa al herido PAL soviético que humeaba con una leve escora hacia estribor y?

-¿Desde cuándo tienen portaaviones?

-Qué buena pregunta ?respondió el piloto-, que yo sepa, sólo se quedaron con los capturados a los alemanes, que nunca navegaron?

-¡Eh, argentino! ¿Qué son esas cajas? ?preguntó Miller, señalando unos cinco bultos de madera que eran deslizados con ayuda de una grúa, por la rampa de un buque de desembarco, sobre el muelle contiguo al aeródromo-.

-¡Ay! ¡Lo que faltaba!

  Todos se volvieron hacia Chape?





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#19
Gibraltar. Muelles al sur del Aeropuerto. 2 de Julio de 1953, 0700 GMT

  Un Austin Healey rojo viró y estacionó perpendicular al muelle. El conductor, vestido de traje sport blanco y sombrero al tono descendió y a paso rápido se introdujo en el embarcadero, hasta que se detuvo en la planchada de acceso al velero y dudó un instante.

  Peralta saltó a cubierta calzándose una camiseta y caminó a su encuentro.

-¿Peralta?

-Buen día. Usted es?

-En el GAE me llaman ?Flak? y así está bien ?respondió el recién llegado, quitándose el sombrero-.

-Un gusto señor, pase, pase, no es conveniente que nos vean en cubierta? es tentar demasiado a la suerte jugar a los espías en Gibraltar.

-Usted eligió este avispero, teniente.

-Es lo más cercano a Gran Bretaña... sin salir de Gran Bretaña; nadie sospechará por un vuelo a Madrid y ni me habrán visto perderme a toda velocidad por las carreteras españolas rumbo a Algeciras en un Aston Martin. Además, piense, señor, ¿quién vendría a hacer estas cosas a la boca del lobo?

-Un ?bicho verde?.

  Ambos rieron y descendieron a la camareta.

-Por favor, señor, ¿qué desea tomar? Siéntese.

-Demasiado temprano, un jugo de naranja ?respondió Flak, mientras desplegaba la carta náutica sobre la mesa-. Y bien, cuénteme que le dijo ese ruso.

-Señor, disculpe mi impertinencia, pero?

-Bueno, a ver, olvidate del protocolo, Carlos, vamos a lo importante.

-Me preocupa que hayan captado la importancia del asunto? con respeto, un capitán de fragata? ¿es quien debe decidir estas cosas?

-Tranquilo. No estoy volando, pero conozco desde el origen al GAE y sus necesidades; ahora estoy trabajando en comisión con el Contralmirante Lombardi. Quizás no le conozcas?

-El COAN, sí, Flak, lo conozco.

-Bueno, él integra el Comando del Teatro de Operaciones y es íntimo amigo del Jefe de Inteligencia Naval; fue el JEMGA quién me envió acá. Desembuchá tranquilo: lo que digas va a llegar intacto a Puerto Belgrano.

Peralta asintió.

-Además de la ausencia de aviones sobre las Georgias de la semana pasada y dejar de volar el puente aéreo hacia las Malvinas, pidieron hacer la vista gorda a grupos Spetznaz en Tierra del Fuego.

-Aha... Además del corredor a la Antártida ¿Qué te ofrecieron?

-Algo muy vago, muy ilusorio, apoyo en la ONU para lograr la descolonización de las Malvinas.

-La ONU es una tómbola manejada por ellos y ahí son socios de sus enemigos, es puro verso. ¿Y las Georgias y Sandwich?

-Nada.

  Flak rió.

-Las querrán ellos. ¿Lo volviste a ver?

-No volvió a contactarme?

-Para que estés prevenido, la situación actual es esta ?apoyó el canto de la mano derecha al Este de las Georgias-, su flota opera hasta acá, invadieron las islas. Mantenemos Isla Laurie; les averiamos un portaaviones y un par de navíos más de superficie; por lo menos confirmados cuatro navíos hundidos y unos diez aviones. Estimamos que tienen unos quinientos muertos.

-¿Portaaviones?? Pero? ¿De dónde?

-Eso es lo que quieren que averigües. Es un PAL, no tuvieron tanta suerte como con los B-29, podemos quedarnos tranquilos, no clonaron un Essex yanky. Averiguá todo lo que puedas, no hay fotos. Y, es más, averiguá cuántos tienen allá y para enviar en reserva, porque los pilotos de Panther informan un posible segundo contacto en la zona.

-¿Con qué cartas voy a negociar? Es decir? ¿Cómo pinta la cosa??

-Tienen 10 o 15 días más de autonomía en el Teatro, están sufriendo muchas pérdidas y el clima les está corroyendo el metal como a los británicos. La diferenta es que ellos están lejos del mundo y los británicos nos tienen a nosotros. Es un delicado juego de fuerzas y los soviéticos lo están comenzando a perder.

-Bien por el GAE.

-Sí, un golpe de suerte hizo que se toparan con la flota y les dieron un palo por el lomo. Otra cosa es que la fuerza de tareas conjunta viene navegando por la costa atlántica desde Puerto Belgrano con dos portaaviones más y los yankis nos entregan esta semana medio centenar de aviones, dos submarinos gato, un Fletcher, diez torpederas PT y dos buques llenos de repuestos; Puerto es un polvorín, te lo cuento y me consta, toda la semana pasada llegaron bombas, cohetes y torpedos, si prendés un fósforo, queda un cráter del tamaño de la provincia de Buenos Aires.

-¿Qué vamos a hacer con todo eso?

-Acopiar para presionar a los británicos. Ellos están nerviosos y quieren darle un corte a esta situación, no les gusta nada nuestra involuntaria carrera armamentista. Y a nosotros nos interesa copar la parada, para que los pertrechos sigan llegando a Puerto? en lugar de Port Stanley o cualquier otro lugar. ¿Está claro? Copar implica? jugar un poco con el balance de la campaña.

-Clarísimo. En base a su situación logística: ¿Qué crees que pueden pedirme los rusos ahora?

-Más impunidad y? no se qué más. Por eso estoy acá. Ojo. Tus instrucciones son estás: cedé lo que puedan aprovechar los soviéticos -sin levantar la perdiz-, en 15 días de navegación, no les des más soga. En 15 días no queda un ruso en el hemisferio sur? vivo. Estaría muy bien ganar tiempo para acopiar buena cantidad de armas, inteligencia y permitirles que se carguen a un puñado de estos tipos ?dijo, levantando el índice en dirección al peñón de Gibraltar-.

-Tengo otro problema, Flak?

-¿De qué tipo?

-Nunca te dije cómo llegaron a mi los soviéticos?


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Alturas al Oeste de Grytviken, Islas Georgias, 5 de Julio de 1953, 0800hs local.

   El sargento Miller deslizó suavemente los prismáticos cubriendo todo el muelle. Luego agachó la cabeza, se frotó los ojos y se arrastró hacia el interior de la caverna.

   Hacía un par de días que una torpedera de la Royal Navy había recogido, de noche, al TF Chape, de la accidentada costa Oeste de la Isla San Pedro. Mientras lo vieron alejarse, los marines británicos se preguntaban si con él, no se iría su última esperanza de salir con vida de allí.

-Espero que el argentino, tan enloquecido con esos MiG-15 que estaban desembalando los rojos, no se olvide de nosotros ?murmuró Miller con la mirada baja, perdida en la fogata de turba-. Que hayan dejado a mi hermano en Bahía Brown no es un buen aliciente? espero que recuerde que compartió casualmente un pozo en las rocas con ambos hermanos Miller, aunque ahora estamos a mano...

-Sargento, su hermano, como nosotros, es útil donde está ?replicó el cabo Mallory-. Volverán, estoy seguro.

-Eso espero? ¿Cómo va la batería de esa radio?

-Unas horas más, anoche casi lo conseguimos, pero la señal se perdió. El golpe debe haberla dañado.

-Mad dog a perrera, ¿me recibe? ?intentó Mallory-.

   Estática y un par de segundos de silencio.

-Aquí perrera, Mad dog, está utilizando una frecuencia militar, por favor, identifíquese.

   Todos se miraron y un tenue brillo surgió en sus miradas. Mallory pasó el auricular al sargento.

-Sargento Anthony Miller, 1092974, batallón 45 de comandos, Real Infantería de Marina.

   Silencio.

-Lo siento, espere unos segundos mientras verificamos, sargento.

   Miller soltó una maldición.

-Escuche, perrera, estamos en las Georgias, con raciones para un día y medio y casi sin baterías. Nuestro pelotón sufrió 80 por ciento de bajas en el desembarco soviético, nos han barrido a bayoneta calada. Estamos aislados, evacuamos a un piloto argentino eyectado ¿Quieren darse prisa en comprobar si somos súbditos del Imperio Británico o debemos hacer señales de humo?

   Otra voz respondió del otro lado.

-Tranquilo hijo, deme el nombre del oficial al mando de su unidad.

-Teniente James, caído en combate cuerpo a cuerpo, ceo que me será imposible recobrar un trozo de osamenta, se arrojó sobre una granada para cubrir nuestra retirada.

-Hijo, tranquilícese, es una cuestión de seguridad. No los dejaremos solos. Es necesario que nos de un informe de la situación en Georgias. Tan pronto sepamos qué pasa allí, lo sacaremos junto a sus hombres. Le habla el coronel Williams, comandante del batallón 40 de Comandos de la Real Infantería de Marina.

-Comprendido, señor ?suspiró aliviado el sargento-. El pelotón fue masacrado resistiendo, nos replegamos con un radio y vimos desembarcar aviones a reacción. Han reforzado la pista, emplazaron artillería antiaérea y vimos al menos dos submarinos. Tienen un portaaviones liviano averiado, que están reparando a toda prisa y varios destructores. Están despachando partidas de Spetznaz en todas direcciones, creo que sospechan que estamos aquí. Estamos a cinco kilómetros co rumbo 090 de donde atracó la torpedera que recogió al argentino.

-Escuche bien, hijo, vamos a hacer esto: transmita cada 4 horas, sólo 2 minutos. Si usted me dice que la situación está ?condenadamente mal?, significa que todo va bien, caso contrario, me dirá: ?de maravilla?. Tan pronto tengamos algo organizado, le avisaré que ?la niebla se disipa sobre el Támesis? En esos 2 minutos, reporte la situación siempre así y luego los movimientos de tropas ¿Comprendido?

-Comprendido, señor.

-¿Heridos?

-Negativo, sólo tobillos torcidos por las piedras.

-Corte, vuelva a sus 12. Fuera.

-¡Señor! ?exclamó Mallory-, mire, a dos mil metros debajo a las 11, sección de soviéticos?

   El cabo amartilló la ametralladora Bren; Miller presionó con su mano abierta el cañon hacia abajo, en gesto de desaprobación.

-Tenemos una misión antes de morir, cabo?



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#21
Atlántico Sur, en algún lugar. 8 de Julio, 06.00 GMT

  El amanecer daba al mar un color plateado en ese lugar y el capitán Pavlov echaba sus últimas bocanadas de humo de la pipa, en la pasarela exterior al puente del portaaviones PB 102 Poltava.

  Abajo, un grupo de operarios trabajaba en un par de Yak-3, prestos a salir en misión de reconocimiento. A lo lejos, las velas de una docena de submarinos y estructuras de cruceros y destructores, acompañaban en su travesía al coloso.

  Miró su reloj y decidió que ya era hora. Descendió por las escaleras y se adentró en los pasillos hasta llegar al hangar. Allí estaban de pie todos los pilotos y el resto de los oficiales. Se detuvo frente a ellos:

-Camaradas. Hemos recibido nuevas órdenes. Los fascistas nos han golpeado y mucha sangre soviética ha sido derramada. No ha sido en vano. Ellos están sufriendo más. Ahora, señores, es el momento de estrangular su mayor bastión: las Islas Malvinas.

   Murmullo general de júbilo.

-Camaradas. Recuerden la sangre derramada en Letonia. Recuerden a sus esposas, hijos, hermanos, amigos, a la Madre Patria. Podría ser una paradoja que su principal bastión sea el último que les queda en pie.  Podría ser otra paradoja que ese territorio le haya sido usurpado a otro país soberano. Podría ser una tercer paradoja que ese pobre estado esté colaborando con su opresor. Pero las paradojas no son más que la realidad, que el materialismo marxista permite explicar. Estamos aquí, llamados a concretar una nueva victoria, en la lucha por la expansión de la Revolución Internacional. Una nueva síntesis a esta contradicción histórica va a suceder. Hundiremos a los fascistas, con todo nuestro poder naval. ¡Allá vamos!

  Una cerrada ovación y algunas voces comenzaron una avalancha coral, que poco a poco, ganó todo el hangar:

-Za Rodinu, tovarishchi!

  Más ovaciones.

Holodna, hmura,
I mrachna v dushe.
Kak mog znat? ya, shto ti umryosh??

Da svidania, bereg radnoy ?
Kak nam trudna predstavit?, shto eto nye son?.
Rodina ? dom radnoy,
Da svidania, rodina.

I v pohod i v pohod nas volna marskaya zdyot nye dazhdyotsya.
Nas zavut marksaya dal? i priboy!

Salyut otsam i nashim dedam,
Zavyetam ih vsegda verni.
Teper? nishto nye astanovit
Pabedniy shag radnoy strain.

Ti plivi, plivi besstrashna
Gordast? Severnih Maryey.
Revolyutsii nadeshda, sgustok vyeri vseh lyudey.

V okytabre, v okyabre,
Reportuyem mi nashi pabedi.
V okytabre, v okyabre, noviy mir dali nam nashi dedi.


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Coro del Ejército Rojo, Himno Naval Soviético
http://www.youtube.com/watch?v=EUjifw2p8ys&feature=player_embedded





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#22
Wireless Ridge, Isla Soledad, Malvinas, 10 de Julio de 1953, 1500hs local.





  Arriba, una capa violácea de nubes cerraba el campo visual y ocultaba el sol. Debajo, su tenue luz se difundía a través de una cortina amarillenta y gris de nubes más delgadas y uniformes. Era un atardecer malvinense. El viento soplaba constantemente y cortaba la piel. Las botas se hundían en el suelo esponjoso de barro y turba.

  Ward dejó atrás el establo de las ovejas, en dirección a la cabaña, colorida, de paredes rojas y techo verde, sin prestar atención al paisaje verdoso a su alrededor.

  A unos veinte pasos dos bultos del mismo color se levantaron a ambos lados y revelaron siluetas humanas bajas, solo que la regularidad de esas  bolas de pasto y tela, se vió alterada por la forma más recta del cañón de las PPS 43 y su cargador curvo, que Ward confundió con Sten?

-¿Qué??

  Las formas lo rodearon, eran 3 y distinguió, a través de sus rostros pintados de negro y verde, bajo las matas de vegetación pendientes de sus cascos, ojos rasgados asiáticos.

-¡Gurkhas! ¿Qué hacen aquí?

  Los soldados lo empujaron hacia la cabaña, sin que Ward entendiera nada, al tiempo que luchaba por mantener el equilibrio con su pierna de palo.

  Casi en la puerta, aparecieron de ambos flancos del edificio dos más. Lo llevaron a empellones al interior.

  Allí jugaban al poker seis hombres, en torno a una mesa, bajo la luz de un farol, difusa por la densa humareda de sus cigarros. Se sobresaltaron al ver entrar a todo el grupo, aunque dos de los intrusos permanecieron apostados en la puerta.

  Ruidos de sillas al querer incorporarse, pero que se detuvieron en el intento al ascender y ser apuntados los cañones de las PPS43.

Ward se volvió hacia sus captores:

-Ustedes no son gurkhas? ustedes son?

  La frase se vio interrumpida por el sonido agudo de la hoja de un cuchillo siberiano que era retirado de su funda por el líder de la patrulla, que con la otra mano tomó de la cabellera a Ward y limpiamente le sacó una oreja. Los otros comandos no se inmutaron.

-¿Moody Brooke? ?preguntó en inglés el hombre, con acento mongol-.

  Bajo el shock y perdiendo abundante sangre, Ward respondió:

-Vete al infierno, maldito salvaje?

  Ante la expresión boquiabierta de los seis jugadores de poker, el siberiano hizo girar a Ward de cara a ellos y desde atrás, con tres pasadas de su mano derecha, contrayendo el rostro por la fuerza impresa al cuchillo al tiempo que sostenía con la otra la cabellera del kelper, aserró su cabeza, que quedó suspendida de su mano, como un trofeo. El cuerpo, cayó pesadamente al suelo, soltando borbotones de sangre.

-Moody Brooke -repitió el mongol, sin inmutarse-.

  Los otros habitantes se horrorizaron y uno de ellos tartamudeó:

-En esa dirección, a? oooon once kilómetros, es una loma?

  Los otros siberianos miraron a su líder, quien pasó el índice y mayor juntos, de su mano derecha, por su propio cuello y soltó la cabeza de Ward.

  Los soldados avanzaron y acorralaron a los kelpers en el fondo del recinto, quienes profirieron toda clase de gritos y súplicas y hasta se resistieron a patadas, pero las hojas de otros dos cuchillos siberianos, uno a uno, mutilaron sus cuerpos, al tiempo que los sobrevivientes iban viendo la carnicería, en espera de su turno.

  A los diez minutos, la patrulla retomaba su rumbo Sud Este, agazapados en el terreno, y dejando tras de si siete pértigas clavadas en la turba, que ostentaban las cabezas de los kelpers?


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#23
Trafalgar Square, Londres, 14 de Julio de 1953, 1600hs GMT

  Lo que lo desconcertaba sobre todas las circunstancias de aquellos encuentros, era la despreocupación con que el soviético se presentaba en esos espacios públicos.

-¡Marino! Varios días sin verlo y traiciona su palabra ?dijo sonriendo y le palmeó los hombros, con falso afecto-.

-Le confieso que no se de que cuernos me habla.

-Vamos, vamos, Peralta. El Fleet Air Arm no vuela Panthers y sus Seahawks y Vampires no llevan la leyenda ?Naval? en el fuselaje, como este ?sacó una fotografía en blanco y negro, capturando a un F-9 rasante a menos de cinco metros, desde la cubierta de algún navío. Sobre la denominación, se leía ?04?.

-Tiene razón. Debe haber algo mal con usted, para que `piense que un teniente de fragata puede cambiar el curso de las cosas.

-Falso. Usted es sólo un emisario. Le ofrecimos un corredor a la Antártida y el apoyo de mi país a su lucha por la soberanía, a cambio de tolerancia con las incursiones de comandos en Tierra del Fuego, abstenerse de volar en ciertos momentos la zona caliente? y han respondido tercamente, desestimando todo.

-Si tienen tanto poder en la ONU, ¿por qué no lo están usando para salvar a su flota? He oído por ahí que llevan al menos diez navíos perdidos y la misma cifra averiada de consideración, ni que hablar de unos veinte aviones perdidos y al menos ochocientos muertos. Ahora sus tropas siberianas creen que están librando una cruzada por el Comunismo Mundial ?rió Peralta-.

-Insolente, debería dispararte a quemarropa ?masculló el soviético-.

-Pero no ha venido a eso. Vamos, amigo, dígame qué quiere de mi y yo le diré si puedo dárselo y a cambio de qué.

-He oído que Estados Unidos y sus sicarios occidentales están acumulando en el territorio de su profanado país una cantidad tremenda de aviones y pertrechos para los mismos. ¿Qué van a hacer con ellos?

-Hundir a la flota soviética incluyendo sus únicos dos portaavioens.

-Usted se está saliendo del juego, amigo. No intente pasarse de listo conmigo.

-¿Cree que le diría algo?

-Si quiere a Caroline?

-Es tan valiente que necesita escudarse en mi relación con esa chica para defender los intereses de su país. ¿Sabe qué? Debería haberme disparado en Letonia, cuando me tuvo a tiro. Púdrase.

  Giró sobre sus talones.

-Es verdad, son sólo dos ?replicó el ruso-. Por eso es tan importante que me diga que no van a intentar hundirlos durante esta semana que viene.

  Peralta se volvió y rió.

-¿Y qué le ofrece al GAE para distraerlos de su misión? ¿Un petrolero de vodka?

-diez días más para seguir robándole material militar a Estados Unidos en sus narices.

  Peralta debió palidecer. Sus breves lecciones de inteligencia en una base militar norteamericana en Panamá eran insuficientes para este experto espía soviético.

-Aquí termina nuestro intercambio como emisarios, joven marino. Quiero volver a verlo, pero la próxima vez, amistosamente, quiero hablar de algo personal.

  Peralta se quedó mirándolo.

-No, no es otra muestra de cinismo. Consígame esa inmunidad a los portaaviones por siete días y yo le conseguiré no diez, sino quince, para seguir escondiendo el triple de los veinte Corsarios, cinco Neptunes, diez Panthers, cinco mil ochocientos treinta y cinco cohetes, doce Texan, trescientos torpedos y tres mil doce bombas que hoy guarda? ufff ¿sigo? Decía, que hoy guarda su gobierno en Puerto Belgrano, en el sector del polvorín, con doble guardia de infantería? son bonitos esos eucaliptos, lo pasan bien sus marinos allí? Carlos.

-Veré qué puedo hacer.

-¡Mañana a la misma hora en Piccadilly Circus! ?rió el viejo-.


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#24
Isla San Pedro, Georgias del Sur, 19 de Julio de 1953, 19hs local.


Foto obtenida por un B-29 Washington de la RAF, de la zona del apostadero naval soviético.

  Treparon nuevamente hacia su refugio y descansaron a cubierto, después de la larga travesía de 10 km entre las rocas, de ida y vuelta. Habían recogido los pertrechos que un PBY Catalina de la Armada Argentina les había dejado en el punto convenido de la costa Oeste de la Isla esa tarde, al caer el sol. Esos pilotos aparecían de la nada y desaparecían en la inmensidad del mar, preguntándose Miller si volverían a salvo a su base o morirían siempre en el trayecto? rezó por qué tuvieran éxito.

  Una taza de té caliente lo revivió de inmediato y alivió el ardor de sus muslos y punzantes dolores de sus tobillos

-Perrera, aquí Mad Dog.

-Adelante Mad Dog.

-Condenadamente mal. Tenemos el paquete.

-Recibido. Lo escucho.

-Todo igual, sólo que arribaron tres submarinos y dos pesqueros. Ahora amarrados.

-¿Puede precisar derrota?

-140º todos.

-¿Mamá ganso apareció?

-Negativo, ninguna de ambas. Reitero, misma cantidad: sumando siete submarinos, once pesqueros, tres buques tanque o cargueros y un destructor. Ni mamá ganso ni su hermana averiada están en el nido.

-Recibido, corte y vuelva en horario convenido.

-Comprendido. Algo más?

-Diga.

-Dos pájaros tipo DC3, con rumbo 350 desde el sur a las 0800 no fueron vistos regresar.

  Silencio.

-Recibido. Confirme que eran dos.

-Dos Delta Charlie tres rumbo tres cinco cero a las cero ochocientas sin retorno. Corto.

-Recibido. Hasta luego Mad Dog.

  Cada reporte les dejaba esa incertidumbre de quedar mirándose sin saber qué decirse y con las preguntas a flor de pile: ?¿Hasta cuándo??

-Veamos que nos han traído los argentinos? -propuso Miller, tomándose con ambas manos el tobillo izquierdo y conteniendo el dolor-.

-¡Corned Beef! Bien ?respondió el cabo Mallory exhibiendo un par de latas que arrojo a sus hombres-. ¿Qué le pasa, sargento? ¿Se lastimó?

-Supongo que nnnn... nada importante ?respondió Miller, mientras el médico se inclinaba sobre él y lo ayudaba a desvestir la pierna izquierda-.

  El joven cabo sanitario dio un respingo al toparse con la herida y miró a Miller:

-Señor, esto no se ve bien. Disculpe mi franqueza?

  Todos alzaron la vista de sus latas abiertas de carne y se clavaron en ellos?

   

Submarino soviético ingresando en Grytviken, Islas Georgias del Sur, procedente de la Zona de Exclusión de Malvinas.


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Puerto Belgrano, 21 de Julio de 1953, 0600hs local.


   Ambos jeeps corrían por la carretera desierta, hasta que, ingresando ya en el ejido urbano de Punta Alta, se detuvieron frente al Puesto 12 y viraron a la derecha. Así consiguieron eludir las miradas curiosas de los ocasionales transeúntes y canillitas del centro de la ciudad, frente a los puestos 1 y 2.

   Los guardias de la Policía de Establecimientos Navales asintieron con la cabeza y ambos Willis aceleraron nuevamente, internándose en la base, rumbo al barrio de la Stella Maris.

   Balker se dio vuelta, en el asiento de atrás, en dirección a un sonido familiar.

   A sus espaldas, oyeron el rotor de un S-55, que los adelanto rasante, viró y se posó en el último claro, antes de cerrarse las arboledas, a medio kilómetro de la Capilla.

   Del Sikorsky descendieron al trote dos oficiales, que se introdujeron en un tercer jeep y la aeronave retomó el vuelo, en dirección a Espora.

-Los británicos ?anunció Charrua, al tiempo que aminoraba la marcha, para hacer lugar al otro vehículo.

-Sí, así es ?confirmó Baco-.

    El convoy estacionó frente a la casa de paredes blancas y relucientes tejas, rodeada de ligustrinas y el Comandante de la Flota de Mar, vestido de civil, salió al encuentro de la comitiva.

    Los británicos giraron en 360 grados, contemplando la estructura de la Capilla y respirando el aire puro con perfume a eucaliptos. El almirante sonrió y los guió al interior de su residencia.

-Esta visto que nuestros esfuerzos por disminuir su flota de submarinos no tendrá éxito en este mar tempestuoso ?comentó el comandante de la FT británica-. Siguen infiltrando a esos bárbaros siberianos en la Isla Soledad.

    La esposa del almirante sirvió café y generosas porciones de pastel para todos, que calentaron sus manos frente a los leños encendidos del hogar.

-No podemos esperar más para quitarles ese fondeadero de Grytviken ?sentenció el COAN-, ¿hay fotos o datos precisos de lo que tienen allí?

-Un grupo de infantes del 45 observa desde las alturas y creemos que mañana 22 de julio será el día indicado para un ataque con provecho ?respondió el Jefe de operaciones británico, sorbiendo su café-.

-Señores, si me permiten, es necesario un reconocimiento aéreo fotográfico ?requirió Balker-, enviar a los bombarderos con datos tan imprecisos será una carnicería. Necesitamos saber de dónde salen esos MiG. La pista es demasiado corta para ellos, tiene que haber otra facilidad que no conocemos.

-Cierto, capitán ?aprobó el Jefe de la Flota de Mar-. Hagan ese reconocimiento hoy mismo, sin más demora. Tómese un DC-4 desde Espora a Stanley ya. Tenemos que barrerlos de las Georgias, para preparar el desembarco. Con ello, les quitaremos su base de apoyo y su logística se volverá insostenible.

-Estoy de acuerdo ?dijo el Jefe de la FT británica-. Voy a suministrarle tres Washington para reforzar sus Neptunes y tendrán a los Sea Fury como CAP. Los portaaviones estarán a 100 km del objetivo.

-¿No será arriesgarlos demasiado, almirante? ?preguntó el argentino-.

-Tienen escoltas rápidas, no hay opción, no pueden operar con provecho desde Stanley si cargan tanto combustible. Necesitamos que vayan sus Panther y nuestros Sea Fury junto a los Neptunes.

-¿Hora? ?preguntó Balker, acariciando al labrador del almirante a la pasada-.

-Las 23. Si van de día los van a diezmar ?anunció el británico-.

-Difícil? con todo respeto, señor ?terció Charrua-. Operar en mar abierto con los portaaviones? ni hablar de REV? será muy difícil para los Panthers y para los Neptunes coordinar el encuentro.

   Baco asintió y Popeye se miró las palmas de las manos, nervioso.

-No se hable más, estamos para eso ?respondió Balker-. Señores, algo más?

-Diga, joven ?respondió el Almirante-. Los trajimos para que hablen, ustedes son nuestros ojos y brazos allá.

-Bien. Suponiendo que tenemos éxito ¿Qué tipo de operación se planea para recuperar las Georgias?

-Estamos trabajando en ello ?respondió el Jefe británico-, un grupo de lanchas rápidas desembarcaría efectivos en Grytviken y tropas helitransportadas y por hidroavión, por el GAE y el El Fleet Air Arm desde el Norte o el Oeste. El terreno no permite un desembarco masivo en playas ni mucho menos paracaidismo, los S-55 son vitales.

   El británico no advirtió el guiño que Balker le hizo a Baco y a Popeye...


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#26
ARA Independencia, 23 de Julio de 1953, 10.00hs GMT.

  El maullido agudo cortó la tensión del momento.

  La compuerta lateral del S-55 2-H-412, aparcado a proa del Victor 1 se abrió y Fido, impulsándose con sus ancas saltó al interior, protestando por su exclusión de la reunión.

  En el interior del helicóptero, todos los guardiamarinas del GAE disputaban una partida de truco y pasaban el mate, de mano en mano. El felino se acomodó junto a una ventanilla de babor y los ignoró, más interesado en algo que pasaba afuera.

-A ver, quiero ?prosiguió Cuervo-.

-Si seguimos apontando así, el único que quedará para recibir las patadas de Balker será el gato ?sentenció Minos-.

  Nadie rió ni levantó los ojos de los naipes, intentanto ignorar el comentario.

-Shh, alguien viene ?anunció Pocho-. Solamente a nosotros se nos ocurre ?fondearnos? en un helicóptero a timbear.

  La compuerta volvió a deslizarse y asomó la cabeza de Pepper, que escudriñó en 180º el interior del compartimiento de carga.

-Avisen con tiempo, así por lo menos preparo una coartada para el grupo ?rió y trepó-, manga de vagos. Eligieron el día ideal, hay mar agitado: el Jefe está discutiendo con Castor y Mano el debriefing del bombardeo a nivel. Cuando salí de la isla me pareció escuchar algo de una pasantía a la escuadra de transporte de víveres para los michis.

-Señor, por el lugar en que navegamos, le tenemos más miedo a los submarinos soviéticos que a los C-47 ?terció Popeye-.

-Tranquilos, las torpederas británicas andan dando vueltas en malón todo el día, no se les va a pasar un periscopio por alto?

  Sus palabras se vieron interrumpidas por una sirena y todos salieron disparados hacia la compuerta, por instinto, con tiempo suficiente para ver a babor ?a través de los plexi de las ventanillas, a un S-55 naranja, británico, en estacionario, introduciendo la esfera de un sonar en el agua a un par de kilómetros del navío?




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#27
Seno Choiseul, Isla Soledad, 26 de Julio de 1953, 11.00hs local.

  En el momento en que los cuatro LCVP echaban sus compuertas hacia adelante, en suelo de Darwin, dos explosiones se sintieron a sus espaldas y segundos más tarde, una densa humareda negra cubrió toda la silueta del HMS Illustrious.

  La sangre se heló aún más en sus venas -si cabía-, a pesar de los gélidos vientos que azotaban la playa.

  El mayor Parsons, del Cuerpo de Infantería de Marina Real, no se detuvo y blandiendo su Sten, al tiempo que alzaba el otro brazo, rugió como un león:

-¡A la carga! ¡Calen bayoneta! ?acto seguido dio el ejemplo, al saltar de su hoyo y avanzar a campo traviesa-.

  Un centenar de infantes avanzó, saltando de cobertura en cobertura, hasta llegar al poblado. Se divisaban los vestigios del devastador ataque aéreo de la 1º de Ataque del GAE argentino y del bombardeo naval del Illustrious. Ni rastros de los habitantes, que seguramente habían sido presa de la horda siberiana, días atrás.

  Al Norte, los disparos de 105 mm, provenientes del emplazamiento del SAS sobre el Monte Usborne, continuaban barriendo la cabecera de playa soviética, al otro lado del istmo, azotando las posiciones de los sitiados artilleros soviéticos, aislados, tras la destrucción de los pontones y Katiushas. Parsons sonrió con malsana satisfacción, al ver las explosiones que -sin duda-, no dejaban nada en pie.

-¡Walters! ¡Base de fuego en esta posición! ¡Taylor, avance por el flanco izquierdo con su pelotón! ¡El resto vengan conmigo por la derecha! ¡Tenemos que llegar al aeródromo y despejar esas trincheras del Este!  ¡Vamos!, ¡Vamos! ¡Muevan el trasero!

  Instantes después su grupo llegó a la cabecera norte de la pista. De un pozo de zorro asomó un casco soviético y luego otro?

  El tableteo de la Browining M-2 emplazada en la cobertura en la cual se hallaba la base de fuego, barrió con sus trazantes el hoyo, pulverizando en una nube rosada las siluetas de esos siberianos, por el efecto del calibre .50.

  Parsons avanzó agazapado por el desnivel de la cabecera de pista y se echó a tierra, frente a un refugio, distante diez metros. Divisó la red y los parantes de la casamata y detrás, a unos veinte metros, la inscripción ?NAVAL?, en el fuselaje azul de un Corsario, que aún ardía, estrellado.

  Un par de granadas describieron una parábola un tanto desprolija desde allí, estallando amortiguadas por la turba, tras el mayor y su grupo.

  Parsons se impulsó con la mano libre y un soldado, empuñando un Enfield con una reluciente bayoneta, imitó su gesto, avanzando al trote, al tiempo que la Browning seguía batiendo el área.

  En la boca del hoyo, unos pequeños soldados con rasgos asiáticos, cubiertos de hollín y feroz expresión lo esperaban con sus PPS, que intentaron usar para golpearles. Parsons abatió al primero de una certera ráfaga y no advirtió que en realidad el refugio albergaba a cinco ocupantes más.

  Una bala le rozó el tobillo izquierdo, haciéndole perder el equilibrio. Ya en el suelo, se vio rodeado y sobrepasado en número. Por el rabillo de un ojo, divisó cómo la bayoneta de su acompañante se hundía en un ojo del siberiano más próximo, al tiempo que otro soviético se abalanzaba sobre el infante.

  Cuando la situación parecía sellada para ambos, una figura anaranjada, con un chaleco salvavidas amarillo, emergió del talud opuesto de la trinchera, con sus ojos inyectados en sangre, el brazo derecho recto, empuñando una Colt 45 y la mirada fija en el siberiano que amenazaba al infante que se batía a bayonetazos.

  Avanzó como una exhalación y fríamente, a medio metro del soviético, disparó un solo tiro a su cien derecha.

  Los dos británicos miraron realmente sorprendidos a ese fantasma salvador, que sin pérdida de tiempo, rodilla en el barro, vació el cargador contra otros dos atacantes.

  El último siberiano soltó su PPS y alzó las manos; Parsons, desde el suelo, en una incómoda posición, alzó su propia Colt y le acertó un tiro en cada rodilla, en respuesta al pedido de rendición.

-Ese bastardo aprenderá a hablar inglés para contarnos toda la historia de la Unión Soviética en algún campamento de Escocia, ¡Manténganlo vivo, tiene jinetas de capitán!

  Media docena de Royal Marines se acercaban, escoltando a un grupo de siberianos. El visitante naranja, pasó el hombro bajo el brazo de Parsons y le ayudó a salir de la trinchera. El Marine lo observó: la bandera argentina, un extraño escudo con la silueta de un tridente amarillo y la leyenda ?Cuervo? en el chaleco salvadidas.

-¿Quién demonios es usted?

-Midshipman ?Cuervo?, First Attack Squad, Grupo Aeronaval Embarcado, Argentine Navy, Nice to meet you, sir! ?respondió el argentino, apoyando al inglés contra una roca.

-Nice to meet you too, son. Gracias por salvarnos la vida, marino, lo recomendaré con sus superiores, supongo que el Corsario ese era suyo? -dijo Parsons, mientras sacaba un par de puros e invitaba a Cuervo con uno-. Tiene usted el gatillo fácil ¿se lo habían dicho?

  El guardiamarina rió, recordando al TN ?Mano?.

-Gracias a ustedes por llegar a tiempo, me tenían rodeado y blandían sus cuchillos.

  En esos momentos, varios S-55 de la Royal Navy aterrizaban en el aeródromo, descargando heridos del Illustrious, con sus ropas rasgadas, quemadas, muchos de ellos mutilados. Darwin era un infierno, pero el lugar más cercano para evacuar al navío.

-Esos cerdos han usado el hospital como refugio antiaéreo ?dijo Parsons, mientras escupía el suelo-. ¿A dónde desea que lo llevemos, marino? Verá que acaban de torpedear nuestro portaaviones? esto es un caos.

-Solamente le pido que me permita volver lo antes posible al ARA Independencia...

-Lo que pida, hijo, en su caso, lo que pida... -respondió el inglés, con la mirada perdida en la columna de humo que cubría al Illustrious.


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#28
Armada Argentina

Nº: 025687/53
Letra: EMGA/COAN
                                                                                                                                                           
Puerto Belgrano, 28.07.1953


Al Sr. Jefe de Operaciones del GAE

  Cumplo en hacerle llegar el informe de inteligencia británico y plan de operaciones recibido en fecha de hoy, tras los sucesos del pasado 27.07.1953 y que pongo en vuestro conocimiento.

La situación

  Estimamos que las capacidades logísticas soviéticas permitirán tres semanas más de permanencia en el Teatro de Operaciones.

  Observamos que las operaciones navales submarinas soviéticas repiten un patrón:

1.- Se agrupan (1 día).
2.- Ingresan en el área a atacar (1 día o 2)
3.- Permanecen en el área (2 a 3 días)
4.- se repliegan a su apostadero en Georgias (1 día).
5.- Permanecen entre 2 y 3 días repostando y repiten el patrón.

  Todo indica que este ha sido el curso de acción desencadenante del ataque del pasado 27.07.1953 al HMS Illustrious.

  El próximo ataque puede tener lugar en la zona Sud Este de las Malvinas, en donde opera nuestra FT.


El curso de acción a tomar:

  Hasta el presente, desde el inicio de las hostilidades, hemos estado reaccionando a la iniciativa soviética.

  Es necesario invertí la situación y tomar la iniciativa, obligando al oponente a reaccionar.

  Un debilitamiento progresivo, de desgaste, mediante guerra antisubmarina, llevará entre 3 y 5 semanas más. No disponemos de ese tiempo.


Las operaciones a realizar:

1.- Es necesario realizar un ataque que elimine sus instalaciones en Georgias.
2.- Debe considerarse la posibilidad de ejecutar un ataque directo a la FT soviética, para intentar eliminar algún blanco rentable (un portaaviones o un crucero).
3.- Deben ejecutarse acciones que obliguen a la FT soviética a reaccionar, para llevarla a una posición en la que podamos estimar con precisión su ubicación, para atacarla, para lo cual, deben realizarse maniobras de diversión.


La recuperación de las Georgias:

  La operación debe comenzar con un bombardeo a nivel sobre las instalaciones portuarias y aeródromos, intentando alcanzar la mayor cantidad de navíos posibles.

  El bombardeo debe ser inmediatamente seguido de la recuperación del Archipiélago.

  Los soviéticos no están en situación de intentar una lucha sostenida por la posesión de esas islas, embarcados, porque sus recursos escasean y porque ese esfuerzo obligaría a mantener relativamente estática (o en derrotas muy previsibles a sus portaaviones).

  La topografía del terreno nos impide realizar un desembarco masivo, convencional y también un asalto de paracaidistas.

  La táctica a emplear debe ser el helidesembarco en distintos puntos de la Isla San Pedro, reforzando el contingente con tropas transportadas por hidroavión.

  Simultáneamente, una fuerza anfibia de lanchas rápidas debe ingresar por el NE y desembarcar comandos en las playas cercanas y bocas de la Bahía en que se encuentra Grytviken.


El ataque a la FT soviética

  Para posibilitar el desembarco en Georgias, debe distraerse al oponente, haciéndole creer que el mismo se llevará a cabo en Orcadas, como paso previo a una eventual toma de las Georgias.

  Eso obligará a desplazar preventivamente su FT hacia el SE. Es poco probable que se adentren en curso directo por el centro del Teatro de Operaciones, lo cual los colocaría en visual de múltiples aviones de exploración que patrullan diariamente la zona.

  Anoticiados del desembarco en Georgias, es probable que los soviéticos tomen alguno de estos dos rumbos:

1.- o bien se desplacen al Oeste, por el Sur de las Orcadas, en el corredor que separa a estas islas del pack de hielo de la Antártida, intentando posicionarse en pleno pasaje de Drake.

2.- Rumbo Nor Este, en la misma latitud de Georgias, pero a unas 150 mn, lo que los colocaría en posición de efectuar ataques aéreos sobre las islas.

  Explorada la posición, se debe ejecutar un ataque directo sobre la FT, para hundir un blanco rentable.

  Ese resultado, sumado a la creciente dificultad logística y la desventaja de la nueva posición, tras el desembarco, los obligará a retirarse definitivamente de la campaña.

  El costo de toda la operación se estima en:
1.- uno o dos navíos de superficie propios hundidos.
2.- entre 20 y 30 aeronaves.
3.- 300 a 500 bajas militares.

  El resultado esperado es ocasionar a la FT soviética las siguientes pérdidas:
1.- 10 a 15 navíos de todo tipo hundidos o seriamente averiados.
2.- 20 a 30 aeronaves.
3.- 2.500 a 5.000 bajas militares.

   Sin otro particular, saludo a Ud. cordialmente

                                                  CA Carlos I. Lombardi
                                       Jefe del Comando de Aviación Naval
                                                     Armada Argentina



Estado del Teatro de Operaciones al 22.07.1953.



Isla San Pedro, Georgias del Sur:






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#29

Exploración antisubmarina en el límite de la ZET.

Mar de Scotia, al Sud Este de las Islas Orcadas del Sur, 11.00hs

  Los destellos del sol sobre la superficie metálica pulida, delataron la presencia de una aeronave a sus 3. Sobre el monótono sonido de los motores de cuatros aspas, el Guardiamarina Bechara, promediando su último vuelo, anunció con el índice y un gesto de la cabeza, la novedad. Popeye se inclinó hacia adelante y a la derecha, para ver mejor y asintió.

  El P-2V Neptune navegaba con rumbo 270 al límite del pack de hielo de la Antártida, sin escolta, en misión de reconocimiento, intentando triangular la posición de la FT soviética y habiendo agotado sus sonoboyas, con un contacto submarino, desde hacía varias horas y próximo a su punto de retorno a Port Stanley. Pero esto complicaba las cosas para ese tranquilo y aparentemente infructuoso vuelo de exploración.

  El Suboficial Primero que vigilaba desde el costado del fuselaje, atrás, interrumpió la observación:

-Contacto aéreo aproximándose desde las 7.

  Instantes después, la silueta de un Yak-3 formó a la altura de la carlinga del Neptune Naval argentino y el numeral se colgó a las 6 del indefenso bimotor.

  Desde la corta distancia, Popeye distinguió las facciones del piloto de caza soviético, bajo su casco negro y una mano que le indicaba el norte con insistencia.

-¡Está loco ese tipo! ?exclamó Tehuelche.

-Deben pensar que tenemos flotadores. Al cuerno con el silencio de radio. Ñandú 4 a control Stanley.

  Silencio.

-Adelante Ñandú ?respondió un controlador con acento chileno-.

-Estamos en la grilla 9 de nuestra zona de exploración, con rumbo 270, a 2 minutos del punto de retorno, tenemos contacto visual con 2 Yankie Alfa Kilo - 3, que nos están interceptando, procedentes de 070º, con tanques suplementarios.

-Recibido Ñandú, retorne a base inmediatamente.

  Con un ojo puesto en el indicador de combustible y el otro en el Yak más cercano, alcanzó a distinguir el fogonazo de un par de trazadoras.

-Se están pasando estos idiotas. No hay mucho que hacer.

  Popeye se aprestaba a inclinar el ala derecha a estribor, cuando oyó el sonido característico de una turbina por sobre todo el ruido ambiental de la cabina y luego de estirarse lo vio: un F-9F Panther terminaba una suave picaba y se colocaba a las 7 y arriba del Yak, como terminando la formación de aparatos.

-Estela de reactor a las 6 ?anunció el artillero del techo. Es otro Panther, de los nuestros, es el 71, colgado a las 6 del otro Yak, señor!

  Azorado, vio como el primer Panther invertía su estructura y se colocaba sobre el Yak de la izquierda, que no parecía poder reaccionar.

-¿Qué está haciendo? ?Preguntó Tehuelche, sorprendido-.

-Está haciendo que la zona de exclusión tenga sentido de ser, por primera vez desde que se armó este tremendo circo. O sea, jugando. Mirá, es el 13.

  El soviético miró hacia arriba, a través de su plexi: 10 metros más alto, invertido, el piloto del Panther alzó su mano derecha con el dedo mayor erguido y sonrió, sin su máscara de oxígeno.

-El Panther de cola dispara trazantes, señor! ?reportó el artillero del techo-.

  Súbitamente, se vio gesticular al ruso insultado y ambos Yak, picaron y se alejaron hacia el norte, cerrando formación.

  Los Panthers y el Neptune viraron formados, suavemente hacia el norte.

-Espero que con esto, logren sacar algo en limpio ?dijo Tehuelche-, esos Yak tienen que tener su portaaviones cerca.  

-Muy cerca, me parece que vamos a hacerles una visita muy pronto ?respondió Popeye, mirando nuevamente el indicador de combustible- ?si llegamos a casa para contárselo a Balker...

Escoltados de regreso a la base.


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